GROSTÉ - REFUGIO TUCKETT - REFUGIO CASINEI (DOLOMITAS DI BRENTA)

Desde el campo de Carlo Magno, por encima de Madonna di Campiglio, sale el telecabina express Grosté I y II que nos sube al inicio de la ruta. Suele haber mucha gente en la taquilla, una buena cola, por lo que hay que ir con tiempo.
El primer telecabina nos sube 433 m hasta una estación intermedia, con restaurantes y zonas de ocio. Desde allí cogemos un segundo telecabina que nos sube 359 m más. Estamos a 2485 metros de altitud en el Refugio Stopanni.
Después de salir del telecabina, tenemos a mano izquierda la cima de Pietragrande, de 2936 metros de altitud. Allí lo primero que hicimos es asomarnos al collado que hay de frente para ver las vistas. Son pocos minutos y merece la pena. Si subiéramos un poco más podríamos incluso ver el lago di Tovel y el de Molveno. Pero no era el objetivo del día.
La ruta que realizamos es la que lleva por la ladera de la montaña hacia el refugio Tuckett. Es una zona kárstica con gran cantidad de piedra suelta lo que dificulta mucho la marcha.
Las vistas panorámicas son maravillosas, de los Dolomitas di Brenta.
El primer punto complicado de la ruta es esta bajada pronunciada que tendremos que realizar. Hay que ir con mucho cuidado, aunque baja en zigzags, de no tropezar o resbalar. Aquí unos bastones de senderismo son la salvación.


Es una bajada que hay que tomársela con calma, a pesar de las aglomeraciones de gente que se produce en algunos momentos.
Cualquier punto es bueno para sacar fotos panorámicas. Así que recargar bien las cámaras de fotos que os vais a hinchar a disparar.
Existen enormes bloques de piedra que obliga al camino a zigzaguear continuamente. Estamos en medio del caos de un derrubio de montaña.


Como se puede ver en la fotografía inferior, se aprecia el camino que queda hasta llegar al refugio de Tuckett.
Llegamos después de una buena caminata hasta el refugio Tuckett e Sella a 2272 metros de altitud. Por detrás veremos la Cima Tosa y el Campanille Basso.


Desde el refugio Tuckett tenemos varias opciones: volver hasta Grosté para coger el telecabina (nosotros teníamos billete de ida y vuelta), seguir hasta el refugio Ai Brentei (cosa que hizo mi hijo AdventureCharly) o bajar al refugio Casinei.
El cansancio extremo que teníamos, el dolor de piernas y sólo pensar volver por el mismo camino empedrado, nos hizo tomar la última alternativa, bajar al refugio Casinei.
La cara es la expresión del alma. Y ésta es la que tenía yo cuando llegué la refugio Casinei.
Desde allí bajamos a Vallesinela, donde cogimos el autobús que nos dejó en Madonna di Campiglio. Desde allí otro autobús nos subió al Campo de Carlo Magno, para recoger el coche.

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