Segunda salida del año 2017. En un frío domingo de enero, donde las temperaturas durante toda la noche estuvieron bajo cero, decidí realizar una travesía desde la ría de Noia, partiendo de la playa de O Testal.
La mañana estaba fría. El termómetro del coche marcaba un grado a la salida. Lo bueno es que el mar estaba como un plato, sin viento ni marea.
Ciñéndome al lado derecho de la ría y, tras pasar al lado del embarcadero de O Testal, me dirigí hacia el puente sobre la ría de Noia. Inagurado en el año 2014 es el puente atirantado más grande de Galicia, con 1700 metros de longitud.
Desde allí, con marea alta como se puede ver en la fotografía inferior, dirigí el kayak hacia Noia, que surgía entre la niebla y el sol de mañana.
Después de atravesar el puente antiguo de la ría, tomé un ramal de agua que se abría hacia la derecha. Como mi intención esa mañana era otra (remontar el río Tambre hasta la minicentral), no sabía la longitud ni profundidad de esta lengua de agua.
Se trata del Rego de Tallara, que va adentrándose tierra adentro de forma sinuosa por una zona de marisma.
Después de llegar hasta el punto navegable más alejado, ya que empezaban a aparecer rápidos, di la vuelta de nuevo hacia Noia. Allí han realizado dos pasarelas de madera sobre la zona de marisma.
En la fotografía inferior, panorámica del puente de Noia y la Villa desde el principio del rego de Tallara.
Una vez de vuelta a la "civilización" decidí, ya que estaba allí, explorar el río Vilacoba, que divide la Villa de Noia en dos partes.
Después de pasar por debajo de varios puentes muy concurridos, ya que había mercadillo, se llega rápidamente al final de la zona navegable, ya que empiezan las pesqueras. Antes ver la maravilla de puente peatonal que han construido y que no afea el medio ambiente.
Nuevamente vuelta hacia atrás, para salir de Noia por debajo del puente viejo.
Con marea alta, que es la única forma de disfrutar de este entorno, navegué por la gran bahía que se abre en este lugar.
Crucé nuevamente por debajo de esta maravilla de la ingeniería.
Y, tras pasar este puente, me ceñí al margen izquierdo de la ría para seguir profundizando en la misma.
Es una preciosidad el bosque de ribera, con árboles autóctonos, que hay a este lado de la ría. En contraste, la orilla de enfrente está repleto de eucaliptos.
Y lo mejor que tiene navegar con el Kayak, es poder descubrir pequeñas playas inaccesibles por tierra.
O pequeños embarcaderos que, con el mar como espejo, permite obtener fotografías tan bonitas. En esta zona empezó el juego de una nutria conmigo. Primero la vi saliendo a tierra y después me debió seguir, ya que asomó la cabeza al lado de la piragua unas horas después en la otra orilla.
En el fondo de la ría, crucé bajo el viaducto o puente do Engano, que permite acortar mucho la distancia entre Noia y Muros. Pero la ría continua hacia el fondo en una zona de marisma con muchos canales.
Una vez explorada esta marisma, rodeada de juncos por todas partes, volví sobre mis pasos, pero por la otra orilla para entrar en el estuario del río Tambre, pasando debajo de su viaducto.
Y desde allí, con un viento en contra considerable y agitación del mar, fui hasta Pontenafonso. Allí se construyó este puente durante el reinado de Alfonso IX
Y después de pasar por debajo, vuelta al punto de partida, cansado pero feliz.
FICHA DE LA RUTA:
1.- 13,94 millas naúticas (25,81 km)
2.- 5 horas y 4 minutos
3.- Lugar de Salida: Playa do Testal. Buen sitio para salir, tiene parking
COORDENADAS: 42º47'19.327"N, 8º55'1.009"W
4.- Dificultad: sencilla. Cuidado con la bajada de la marea
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