No podíamos irnos de Panticosa sin haber navegado un rato por el río Gállego. La oportunidad nos la brindaron en el pueblo de Lanuza donde alquilaban kayaks.
En una tarde perfecta, sin viento, con una temperatura de unos 24 grados y con la superficie del agua completamente plana, estuvimos una hora disfrutando del contacto con el agua. Que mejor que mezclar mis dos grandes pasiones: la montaña y el Kayak.
La construcción del embalse de Lanuza en 1976 originó un paulatino y forzado abandono de la localidad, hasta quedar completamente deshabitada en 1978
El nombre de Lanuza parece derivar del término celta latinizado landa o lana, que significa ladera. El término es muy apropiado al lugar donde se encuentra.
A partir de la década de los 90 del siglo pasado, los antiguos propietarios consiguieron recuperar las propiedades no sumergidas e iniciaron un proceso de rehabilitación que sigue hoy en día.
Destaca en el pueblo la Iglesia de San Salvador del siglo XIX que fue construída sobre un templo románico anterior incendiado en la guerra de la Independencia.
Merece la pena ver el atardecer y la puesta de sol sobre el embalse de Lanuza.
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