En el día del padre de este año 2017, nos juntamos la familia en Vigo para poderlo celebrar. Después de comer una hamburguesa exquisita, nos fuimos a visitar los miradores de la ciudad de Vigo. Empezamos por el Monte dos Pozos, que pertenece a una pequeña cadena montañosa formado por O Valiño y el Alto do Canaval, en Gondomar, y ya en Vigo el monte Cepudo, el Alba y el más septentrional que es el Monte dos Pozos, en O Freixo.
El Monte dos Pozos es además un área recreativa de la ciudad de Vigo, con barbacoas, lago artificial, restaurante y con buenas vistas de la ciudad. Se llega en coche, aunque no es fácil de aparcar los días festivos. Tiene una altitud de 387 metros de altura.
Desde allí cogemos el camino que sale al lado del lago, que nos rodea el monte y baja hasta un cementerio. Allí seguiremos las marcas para subir al Monte Alba, primero por una pista asfaltada con mucha pendiente (por lo que apenas pasan coches) y después por pistas y senderos de tierra.
Llegaremos hasta la cima del Monte Alba o también llamado Cerro de San Bartoloméu, a 502 metros de altura. En ella se venera a Nuestra Señora del Alba y a San Bartolomeu. Allí hay una ermita que formaba parte de una fortaleza medieval que ocupaba la cima.
La fortaleza pertenecía a la casa de los Valladares y llevaba el nombre de Castillo do Alba. Desde aquí veremos todo Vigo, la ría, las Islas Cíes, el Océano Atlántico, parte del Val Miñor y toda la Serra do Galiñeiro.
Desde la cima del Monte Alba podemos ver la cima del Monte dos Pozos, la ciudad y ría de Vigo detrás y un cementerio al lado del monte.
Para llegar a la última cima del día, El Monte Cepudo, hay que bajar hasta la carretera que sube a ella y tomar una senda que sale a mano izquierda y, en fuerte pendiente, nos lleva a la cima, a 527 metros de altitud.
Según dicen, en los días despejados, se puede ver hasta Fisterra. En este monte, al igual que en el Alba, existen diferentes esculturas montadas en el año 1999 y que forman parte de un conjunto escultórico.
En la fotografía inferior se ve la cima del Monte Alba con la Ermita presidiendo la vista.
Algunos entienden algo mal el cuidado de la naturaleza, del monte, que es propiedad de todos y deberíamos dejarlo igual para las futuras generaciones. Resulta chocante que la gente suba hasta aquí para plasmar un grafiti que sólo gusta al que lo hace. En fin, una pena...
En la parte baja del Monte Cepudo, existe un área recreativa con varias esculturas más.
Y, ya de vuelta al punto de origen de nuestra excursión, tomamos un camino diferente para ver esta prespectiva de la cruz del cementerio con el Monte Galiñeiro detrás.
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