RUTA BUJARUELO - VALLE DE OTAL

PREKEISTOLEN, EL PÚLPITO (NORUEGA)

ASCENSIÓN A PEÑA UBIÑA

RUTA POR LA PLAYA DE CARNOTA Y LAS MARISMAS DE CALDEBARCOS.


Playa de Carnota

 Con sus más de 7 Km. de longitud, está considerada como la más larga de Galicia. Con bajamar supera los 500 m. de anchura en algunos tramos. La zona de marismas y dunas da cobijo a gran variedad de aves migratorias y flora endémica. La superficie del sistema dunar es de 626.000 m².



  El crecimiento de una extensa flecha arenosa en la desembocadura del río Valdebois ha creado uno de los espacios naturales de mayor interés ecológico y paisajístico de Galicia, la Playa de Carnota y las Marismas de Caldebarcos. Este espacio presenta un excelente estado de conservación. Para proteger su importante riqueza biológica y paisajística se ha creado el LIC Carnota- Montes do Pindo, declarado Zona de Especial Protección para las Aves. 
   
Pero no solo esto, sino que fue calificada como una de las cien mejores del mundo por la revista alemana “Traum Strände”. Fue en 2008, cuando los periodistas alemanes Kiki Baron y Paul Spierenburg visitaron 21 países para elegir las 100 mejores playas del mundo, dedicando a Galicia un reportaje de seis páginas titulado “Galicia: jardín del edén en España”.
  

 Desde la Punta dos Remedios hasta la Punta de Caldebarcos, es decir, desde una punta a otra de la playa, se dan cuatro ecosistemas diferentes: la propia playa, una zona dunar, otra intermareal y las marismas de Caldebarcos formadas por la desembocadura del río Valdebois (“A Boca do Río”).

Ruta por la playa de Carnota y la Marisma de Caldebarcos.

La idea de la ruta ha sido la consecuencia de otras rutas de senderismo que he realizado este verano por diferentes arenales gallegos: la playa de xuño, la bahía de Corrubedo-Vilar, la playa de Area Maior, la isla de Ons y otras más que no he puesto por no aburrir. La consecuencia de todos estos maravillosos recorridos era acabar en la playa de Carnota, arenal de 7 kilómetros de longitud, considerada como una de las mejores del mundo.
El inicio de la ruta se puede realizar donde uno quiera, dado la gran cantidad de entradas que tiene este espacio natural. Yo elegí el más cercano a Lira, para poder disfrutar por la mañana del paseo al lado del mar, con la brisa y el olor característico de esta Costa da Morte, que ha visto naufragar a lo largo de los siglos a tantos barcos y ha visto truncada la vida de tantas gentes del mar.
A pesar de ser agosto y del buen tiempo, esta playa es ideal porque no hay aglomeraciones de gente en ningún punto de la misma. 


Coincidí con marea baja, lo que hace más sencillo pasar la desembocadura de la marisma que hay en la parte posterior. Así en la parte sur desembocan en uno sólo los arroyos de Mallou, Maceiras y Rebanqueira.








Un poco más adelante tenemos la gran salida al mar de las marismas de Caldebarcos, Carnota, Boca do Río. Al ser marea baja no hay ningún problema en atravesarlos ya que no nos va a cubrir más arriba de la rodilla. Se nota la corriente y la gran cantidad de vida marina que hay.
Una vez superado a Boca do Río, seguiremos por la arena camino de Caldebarcos donde empezaremos ya a ver rocas que emergen del mar, anunciando el peligro de estas costas. 
Entre casas de piedra, hórreos y barcas de madera, transcurre la vida de esta apacible aldea, cuyo nombre "cala de barcos", hace referencia a la ancestral actividad marinera de sus habitantes. 
La aldea de Caldebarcos es conocida en la zona por la calidad y los buenos precios del marisco que ofrecen sus restaurantes, cosa que yo no pude catar ya que llevaba la comida en mi equipaje. En sus arrecifes se hundieron varias naves de la Armada Invencible en su viaje para conquistar Inglaterra en 1596.
Al final de la playa, tomaremos la plataforma de madera que nos conduce a las casetas de pescadores de Caldebarcos, un lugar donde la historia marinera de la Costa da Morte cobra vida. 
Toda la zona fue rehabilitada por la arquitecta Elisa Gallego con la idea de conservar el uso de los alpendres de los aparejos de pesca. Es un sitio espectacular con una vista muy amplia desde el Cabo Fisterra hasta O Forcado, en Lira.
Desde la punta de Caldebarcos, podemos observar la playa de Insuela. Es un remanso de paz y tranquilidad, donde no se ve un alma. Buen sitio para retomar fuerzas y comer, acompañado de las gaviotas del lugar.

Después del descanso obligatorio, no sólo físico sino también para disfrutar de este paisaje agreste, comencé la vuelta subiendo al pueblo de Caldebarcos, por donde discurrirá la ruta durante unos metros. 
Posteriormente volveremos a bajar a la playa, pero en este caso nos iremos hacia el interior con la intención de ver e intentar rodear las marismas. Al principio existe un camino marcado y señalizado que trascurre entre matorrales, pinos y juncos, pero poco a poco la senda desaparece. 
Entonces uno se tiene que guiar por el gps, por los promontorios rocosos que hay y por la intuición. Hay que tener cuidado donde pisa uno, porque el matorral impide ver el suelo que en muchas ocasiones esconden charcas o canales.
Aprovechando la marea baja es más “sencilla” la ruta, ya que podemos acortar por medio de la marisma. 
No hay que decir, que es conveniente llevar calzado variado: zapatillas, chanclas… ya que tendremos que ir cambiando de calzado si queremos llegar a buen puerto. La ruta siempre irá presidida por el monte Pindo.
Llegaremos en la ruta al punto de observatorio de aves de la marisma de Caldebarcos. En verano, debido al trasiego de playeros, es difícil ver las aves en su habitat, así que habrá que volver en otra época.



Atravesaremos por la arena y el fango parte de la marisma, tomando siempre la dirección hasta el siguiente punto de entrada a la playa, a través de juncos y cañaverales. 
Si el día acompaña, que más vale, nos daremos una ducha placentera en todos los accesos a la playa.
En algunos momentos es mejor tomar los canales de comunicación de las marismas para poder avanzar, siempre con cuidado, dada la profundidad que tienen en algunos puntos. En algunos momentos, uno se siente como el protagonista de la serie el “último superviviente”, ya que no se ve a nadie alrededor y las condiciones del terreno no son las más adecuadas. 
Sufriremos en nuestras piernas la dureza del terreno y de la vegetación que abunda. Aquí podremos comprobar la gran vida que tiene esta marisma, con multitud de peces, nécoras, aves… 
Una vez que salimos a la entrada de Barrio Vilar, la cosa mejora ya que hay sendas que nos permiten volver al punto de origen.
Para los más atrevidos y, si el cansancio no hace mella todavía en nosotros, subiremos por la pista asfaltada hasta la Aldea de Carballal y desde allí, bajaremos a la playa de Cons, donde tendremos una vista impresionante de toda la bahía de Carnota - Caldebarcos.
Desde aquí tomaremos nuevamente la orilla del mar bravo y cogeremos una senda que bordea la costa hasta el punto de origen. 
Imprescindible un baño en estas aguas, para quitarnos el calor del camino y darnos un pequeño homenaje.
 Ruta muy recomendable, larga, con paisajes maravillosos, sufrida en algunos puntos, pero muy divertida.



SENDERISMO POR LA PLAYA DE FALÉSIA (OLHOS DE AUGA) - ALGARVE

La Playa de Falésia es un inmenso arenal de casi 3 kms que se extiende desde Olhos de Água a Vilamoura. A la espalda de esta playa se encuentra un acantilado con los característicos colores de las rocas del Algarve: rojos, ocres y tierras tostadas. El desnivel se mantiene a lo largo de toda la playa y el reflejo del atardecer en él es todo un espectáculo.
Dada su longitud la playa tiene acceso por varios puntos pero es justo en su parte central donde se concoce por Playa de Falésia o Açoteias. La playa es muy tranquila lo que la hace perfecta para familias. En la época estival es una playa muy concurrida. Es habitual la práctica de deportes acuáticos en esta playa como surf, windsurf o motos de agua.
Esta playa espectacular toma su nombre de los acantilados que la rodean, de un color rojizo que se acentúa con la puesta de sol. Para llegar a ella, salimos de la autopista del Algarve en la salida Monte Gordo/Altura, llegando a Olhos de Agúa. Allí dejamos el coche en un pequeño parking, ya que es imposible en verano acercarlo más a la playa. Bajamos hasta la playa por una pista asfaltada y después por las escaleras de madera que dan acceso a la misma.
Allí comenzamos a caminar hacia el este, por la orilla de la playa. El paseo es muy agradable ya que las vistas que hay de la playa son muy bonitas, observando las diferentes formas que ha ido esculpiendo el viento y la erosión a lo largo de los años en el acantilado.
La vuelta decidimos realizarla por arriba del acantilado, aprovechando una de las bajadas peatonales que existe. El consejo es que lleveis algún tipo de calzado (zapatillas o chanclas) para caminar por arriba, ya que descalzo se hace un poco duro (por el calor en las plantas de los pies y las zonas pedregosas). 
No hay pérdida posible ya que uno va por las sendas que trascurren por el borde del acantilado con unas vistas impresionantes. Precaución, ante todo. Finalmente bajamos por una pasarela de madera previa para disfrutar del agua cristalina y de la arena fina de esta playa.

PLAYA DE AREA MAIOR Y LAGUNA DE XALFAS (LOURO - RIA DE MUROS-NOIA)




 
La ría de Muros-Noia, probablemente la más bonita de toda Galicia, está limitada en su entrada por el monte Louro, al norte, y por el Castro Baroña al sur.



En la parte norte de la ría, se encuentra el monte Louro, al que ya rodeamos y subimos en otra ocasión (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5427950). Desde la cima se ve toda la ría de Muros-Noia y las hermosas playas de Area Maoir de Louro y el Ancoradoiro.
Me había quedado la espinita de poder recorrer la playa de Area Maior y acercarme a la laguna de Xalfas para poder ver la gran cantidad de aves que viven en ella. No encontré ninguna ruta descrita y me lancé a la aventura.
La playa de area maior o longa de louro está situada a los pies del monte Louro. Es una playa virgen de arena blanca, con escasa ocupación de gente, aguas cristalinas y gran oleaje, lo que hace que esté ocupada en muchas ocasiones por surferos.

 La ruta parte del aparcamiento que se dirige al camping del ancoradoiro, justo en la bifurcación de la pista asfaltada. Aquí encontramos un camión-chiriguito donde nos prepararon unos bocadillos estupendos que nos dieron fuerzas para la caminata. Después de bajar a la playa comenzamos a andar por la orilla, lo que se convierte en un paseo muy agradable hasta el final de la misma.
Cuando lleguemos al final de la playa conviene subirse al promontorio rocoso que hay, ya que tiene unas formaciones de roca muy peculiares, originadas por la erosión del agua y el viento.
Para acceder después a la laguna de Xalfas, que está por detrás de la playa, hay que atravesar las formaciones dunares que existen y tomar alguno de los senderos que se insinúan por la parte posterior.
No está marcado y es fácil perderse, sobre todo por la exuberante vegetación que hay en el suelo que impide verse los pies. Una vez cerca de la laguna se puede contemplar la gran cantidad de aves que la habitan.


Se llega hasta una especie de caseta y desde allí es imposible seguir bordeando la laguna, por lo que se toma una de las sendas que nos lleva a la carretera de salida de Louro, enfrente de la gasolinera. Allí comienza el tramo más feo, ya que seguiremos la carretera general durante algo menos de 1 kilómetro, hasta que salga la desviación marcada hacia la laguna. 
Ahora tomaremos un camino entre árboles que nos llevará hasta el punto de partida. Ya sólo nos queda de disfrutar de un gratificante baño en esta maravillosa playa.


http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7550865