RUTA BUJARUELO - VALLE DE OTAL

ASCENSIÓN A PEÑA UBIÑA

ASCENSIÓN A PEÑA UBIÑA

 
La Cima de Peña Ubiña (2417 m) es una de las más codiciadas de la Cordillera Cantábrica, aunque no es la más elevada. Sin embargo, su sitación haciendo frontera entre León y Asturias y las maravillosas vistas de 360º desde su cima, le dan un valor añadido.
Existen tres vías principales de subida: desde Torrebarrio, desde Tuiza de Arriba o desde Casa Mieres. Nosotros decidimos éste último por tener menos desnivel en la aproximación a la montaña. Para llegar a Casa Mieres hay que subir el puerto de la Cubilla, con unas vistas panorámicas excelentes, como se puede apreciar en la fotografía anterior.
Dormimos en la casa rural tras la Cruz y pensábamos madrugar, pero el valle donde nos alojamos, estaba cubierto de niebla, asi que pospusimos un poco la salida. Con el buen criterio que al subir el puerto de la Cubilla íbamos a estar por encima de las nubes, decidimos empezar el reto.
El camino sale por detrás de Casa Mieres y pronto llegamos a una zona de agua embalsada, que dejaremos a nuestra izquierda.
Es impresionante el ruido ensordecedor que hacen las ranas y los sapos croando todo el rato. Aviso para navegantes, si queréis montar una tienda de campaña, nunca lo hagáis al lado de este lago porque no podréis dormir nada.
Empezamos a subir con poca pendiente por el Valle de la Cantarilla.
Dejaremos a La Peña Cabello a nuestra izquierda, para adentrarnos en el Valle de Candioches.
Iremos caminando por la Vega de Candioches, teniendo que cruzar en pequeño regato, para alcanzar los Ollones (Hoyones).
Antes tendremos que pasar una estrecha chimenea que no supone ninguna dificultad. Tendremos que hacer uso de las manos, pero es muy sencilla. Para el que no quiera pasar por este punto, puede rodear la peña por la izquierda.
Una referencia que se lleva desde el inicio de la ruta es la montaña que se ve en la fotografía siguiente. Es Peña Ubiña pequeña, con 2197 metros de altitud.
Tras pasar los Ollenes entraremos en una pradera muy extensa, teniendo de frente a Peña Ubiña, nuestro objetivo.
Y aquí casi en la base de Peña Ubiña, cometí un error garrafal del principiante. Iba siguiendo a una persona que iba delante, pensando que el sabía el camino y que había que dar un pequeño rodeo para llegar al Collado Ronzón.
Y donde realmente llegamos es al Collado Terreros , a 1886 metros de altitud. La parte positiva es que vimos otro valle precioso, con la parte baja invadida por la niebla.
La parte negativa fue el tremendo desnivel que tuvimos que superar para llegar a algún sendero, o trazas del mismo, que nos devolvieran al Collado Ronzón.
La travesía horizontal que tuvimos que hacer no fue nada sencilla, ya que tuvimos que atravesar una pedrera como pudimos.
Al final logramos llegar al collado, que es donde si inicia la subida propiamente dicha de Peña Ubiña.
Cuando uno llega a la base de Peña Ubiña, lo primero que se viene a la cabeza es por donde se puede subir a este coloso.
Esa inquietud que nos entró, se disipó rápido al ver bajar a dos personas que habían hecho cumbre. Existía un camino marcado con hitos, con un desnivel tremendo. Pero eso ya lo sabíamos antes de ir.
Estaba clara varias cosas: había camino marcado para subir, había una gran pendiente, el camino era muy aéreo y nos tocaba sufrir un rato.
Por este caos de piedras, tuvimos que subir. Lo importante era no mirar hacia arriba, para no ver el tremendo desnivel que nos tocaba afrontar.
Cuando uno llega a lo que piensa que es la cima, se da cuenta que está en la cresta cimera, pero que hay que sortear un montón de dificultades todavía. En esta zona nos empezó a soplar un viento fuerte, que venía del norte.
La creat es muy aérea por lo que hay que tener mucho cuidado con no tropezar o caer y con no desplazar piedras que se convetirán en misiles para la gente que venga por abajo.
Y después de grandes esfuerzos, llegamos a la cima, a 2417 metros de altitud. El reto de subir a Peña Ubiña estaba realizado. Era un sueño que tenía desde la primera vez que vi esta mole pétrea allá por los años 90.
Vista panorámica desde la cumbre, donde podemos observar todo el camino de aproximación hacia la montaña, con Peña Ubiña pequeña en el centro y Peña Cabello a la izquierda.
Por debajo del Puerto de Cubillas, seguía un mar de nubes. El sol se escondió durante todo el día en la parte baja de los valles.
Vista panorámica hacia el otro lado, hacia Torrebarrio, otro de los lugares desde donde se accede a Peña Ubiña. A la derecha se ve el Fontán y hacia la izquierda, la cresta cimera de Peña Ubiña. Si el día estuviera sin nubes, se vería el mar Cantábrico desde la cima.
Buen sitio para pensar, con el Fontán de fondo. Entre Peña Ubiña y el Fontán, se abre un gran abismo que impide seguir la escalada.
Tuvimos la casualidad que encontramos dos personas que llegaron a la cima. Hablando con ellos resultó que vivían en Santiago de Compostela, que se habían levantado de madrugada para subir a Peña Ubiña. Eso si que es tener ganas.
La bajada fue mucho más peligrosa que la subida, ya que el terreno por el que camina el sendero está muy roto, con muchas piedras sueltas, por lo que hay que ir con los cinco sentidos.
En algún momento de la preparación de la ruta, llegamos a pensar en la posibilidad de subir también a Peña Ubiña pequeña, pero las fuerzas flaqueaban después de la brutal subida.
Al final, el descenso no fue tan difícil como preveíamos a la subida. Sólo hay una zona muy expuesta que está cerca de la cima, cuando se camina por la otra vertiente de la montaña.
Después de terminar la bajada dura, se coge el sendero herboso que nos lleva al Collado Ronzón.
Finalmente sólo hay que desandar el camino realizado para volver al punto de inicio. Nosotros rodeamos la Peña Cabello por el otro ladol y pudimos ver esta bonita estampa de una manada de caballos.
Los verdadero moradores de estos prados y cumbres, no es el ser humano, sino que es zona de pastos para el ganado en verano, donde lo suben al agostarse en los valles más bajos su sustento.
Y con la estampa de Casa Mieres, que funciona en verano como hotel y restaurante, dijimos adios a la alta montaña. Habíamos cumplido un reto y un sueño que empezó el día que vi por primera vez este coloso de la Cordillera Cantábrica.

FICHA DE LA RUTA: 

1.- Distancia: 12,94 km

2.- Desnivel: 829 m

3.- Duración: 7 horas y 39 minutos

4.- Dificultad: difícil.

5.- No es apta para niños. 

6.- Ruta circular.

7.- Ruta en WIKILOC

















































CABO FISTERRA

Los romanos creían que este era el punto más occidental de la tierra y que el mundo se acababa aquí: era el "finis terrae"
El Cabo Fisterra fue un imán desde la remota antigüedad, como lugar de peregrinación desde lejanos países o por naufragios que hubo en sus costas.
La punta del cabo es un acantilado de 242 metros de altura, desde los islotes de O Petonciño y de A Centola hasta el monte Facho.
Desde la parte superior, en la zona rocosa que hay más allá del faro, existen algunos senderos que descienden por la ladera. Hay que ir con mucha precaución, ya que en la parte baja el acantilado es vertical.
Pero situándonos a media altura de este farallón rocoso, encontraremos un sendero que va a la misma altura del mar y nos permitirá recorrer todo el perímetro del cabo.
Actualmente el Camino de Santiago se prolonga hasta aquí, para que los peregrinos quemen en la orilla sus ropas y comiencen el regreso a casa.
Y esto se ha convertido en un problema real, ya que los peregrinos quemaban sus zapatillas y ropas en una llama permanente que había al lado de la bota. Cuando ésto se convirtió en una pesadilla, lo retiraron, pero los peregrinos siguen tirando sus zapatillas, botas... por encima del Cabo. Así todas las cercanías están llenas de zapatillas, lo que no deja de ser basura.
Los moradores antiguos creían que cuando uno moría, empezaba su existencia en una isla situada al oeste, donde se ponía el sol. En la mitología celta es frecuente que los héroes hagan su último viaje en una barca de piedra hasta este paraíso.
Cuando llegaron los romanos, encontraron un altar dedicado al astro rey, el Ara Solis, erigido por las tribus celtas de la zona.
El Camino de Santiago va guiado por las luces de la Vía Láctea y, una vez llegado a Compostela y rendido su tributo a la tumba del apostol, se encaminan hacia donde termina esta vía, frente al océano.
El Faro del Cabo Fisterra fue construído en 1853, a 138 metros sobre el nivel del mar. Es el faro situado más al oeste de Europa, con una torre octogonal, la casa del farero y una plaza de homenajes ofrendada al general San Martín y a la que se denomina, Plaza de la República Argentina. 
La luz del faro de Fisterra llega hasta los 65 kilómetros de longitud y es un medio de advertencia de la proximidad de una costa sumamente peligrosa.
El historiador romano "Lucius Florus" relata como los legionarios de Roma contemplaban con horror sagrado la puesta de sol en el océano, cuando alcanzaron el "finis terrae" en el siglo II a.c
Pero volvamos al camino que estamos realizando. La senda sigue en horizontal y tendremos que bajar un poco para superar el promontorio rocoso que se ve en la fotografía anterior.
Una vez superado el promontorio rocoso, el sendero empieza a ascender ya que hemos realizado una vuelta de 180º. En mi caso no quise ascender por el camino, ya que me encontré una estampa idílica, una madre con su cachorro de pocos días
Además que mi intención no era molestar, también estaba el peligro ya que la madre no me quitaba ojo en todo el rato que estuve allí.

FICHA DE LA RUTA: 

1.- Distancia: 1,39 km

2.- Desnivel: 138 m

3.- Duración: 1 hora y 25 minutos

4.- Dificultad: moderada.

5.- No es apta para niños. 

6.- Ruta circular.

7.- Ruta en WIKILOC