RUTA BUJARUELO - VALLE DE OTAL

PREKEISTOLEN, EL PÚLPITO (NORUEGA)

ASCENSIÓN A PEÑA UBIÑA

PAZO DE SANTA CRUZ DE RIVADULLA

El pazo de Santa Cruz de Rivadulla es el jardín renacentista de referencia en Galicia.
También es conocido como Pazo de Ortigueira o Jardín de Ortigueira y se encuentra situado en el concello de Vedra, al amparo del Pico Sacro.
En el siglo XVI, Juán Ibáñez de Mondragón, canónigo de la Catedral de Santiago, adquirió las propiedades, que se denominarían en un primer momento como Pazo de Santa Cruz, conocidas como la Torre y el Casar de Ortigueira.
La propiedad pasaría posteriormente a su sobrino, Juán de Mondragón, Cardenal de la Catedral de Santiago, que extendió su propiedad. Ya se sabe el poder que tenía la iglesia en el siglo XVI.
En la segunda mitad del siglo XVI se amuralló el recinto y se formaron avenidas y paseos para separar las diferentes parcelas de cultivo.
De aquella época son los más de quinientos olivos que se plantaron, con el fin de producir aceite, dotando a la granja de un molino con rueda de granito y prensa de viga, a modo de los romanos
La producción de aceite duró hasta el siglo XX y el molino se conservó hasta hace pocos años.
Aunque todos los paseos del olivar son una maravilla, en el año 2015 se presentó un ejemplar en particular a un concurso del mejor olivo de España, que se celebró en Jaén, recibiendo el premio AEMO al mejor olivo ornamental de España.
La visita, gratuita los lunes por la mañana, sólo da derecho a visitar los jardines y, a la entrada, te dan un plano con los difentes espacios que se pueden visitar.
Según consta en su página web, el jardín es el espacio botánico más fascinante de Galicia por su diversidad y riqueza en flora ornamental y por sus valores botánicos y paisajísticos.
En el siglo XIX, Iván de Armada y Fernández de Córdoba, conocido como el "tío Iván" aumentó la colección de plantas, sobre todo de camelias. Las plantó al lado de otras que tenían ya más de 7 metros de altura, por lo que datarían de 1780 a 1820.  En la imagen siguiente vemos el estanque redondo.
Otros de los atractivos del jardín es la cascada que forma el Rego de Tomonde, afluente del Ulla, a su paso por el Pazo.
La primera parte de la cascada, la de mayor caída es natural, mientras que la parte inferior está escalonada de forma artificial, no quitando belleza al entorno. Ésta es una de las innumerables fervenzas que tenemos en Galicia y que forman parte del desafio fervenzas gallegas
Cerca de la fervenza se encuentra el molino en perfecto estado de mantenimiento.
Al lado del estanque grande, lleno de nenúfares en esta época del año, se encuentra una obra singular: la bola del Mundo.
Del otro lado del estanque grande, se encuentra dos árboles singulares, sobre todo por su tamaño. Son dos tulipaneros de Virginia.
El marquesado de Santa Cruz de Rivadulla pasó de generación en generacion por la familia Armada, desde la época de Carlos II, el último de los Austrias.
Uno de sus propietarios, el general Alfonso Armada, fue famoso por su participación en el intento de golpe de estado del 23-F.
Actualmente el hijo mayor, Juan Armada Díaz de Rivera, ha sucedido a su padre, también famoso en el mundo por cultivar Camelias.
En los viveros de la finca, se cultivan muchas especies, exportándose 100.000 ejemplares de 200 especies a todo el mundo.
De visita obligada si estáis cerca de Santiago de Compostela, un remanso de paz y belleza singular.
Y si queréis saber más visitar su página web

TRAVESIA DE LA SIERRA DE BEJAR.

Esta ruta estaba gafada para nosotros. Lo habíamos intentado en varias ocasiones en invierno y por diferentes motivos, ventisca, niebla, hielo, no pudimos terminarla.
Este año era si o si. Viniendo en coche de la sierra de la Estrella, en Portugal, nos dio la impresión que la sierra de Béjar estaba sin nieve. Nada más lejos de la realidad ya que estaba a tope de nieve.
Sin embargo, el viernes santo decidimos levantarnos pronto e intentarlo. Yo decía que era la última oportunidad de hacerla en invierno, no quería más fracasos.
Llegamos a Béjar donde recogimos a Jorge, y subimos hasta el pueblo de Candelario, para mi el pueblo más bonito de Salamanca. Desde allí cogimos la carretera hasta las plataformas. Nuevamente estaba cerrada la carretera de la primera a la segunda plataforma, a pesar de haber llamado el día anterior a la guardia civil y habernos informado que no había ningún problema en la carretera.
Decidimos pasar de todas formas y llegar al Travieso, la segunda plataforma, sin ningún problema más que algo de nieve en la carretera en algún punto.
Ya desde la propia plataforma había nieve así que nos pertrechamos lo mejor que pudimos poniéndonos nuestros pantalones de plástico. Estamos a 1850 metros. Empezamos la subida sin hacer los zigzags habituales ya que la nieve cubría todo y había desaparecido el camino. Así que para arriba los más rectos que podíamos. Claro que la nieve cubría los piornos y algún punto cedía bajo nuestro peso y nos íbamos para abajo.
En la foto inferior con Ana, después de haber preguntado a la gente que volvía si había hielo en la parte superior que nos fuera a impedir alcanzar nuestro objetivo, ya que nos llevábamos crampones ni piolet.
Debido a la gran cantidad de nieve que había, que no nos permitía ver el camino nos orientamos por el antiguo telesilla que se montó en este sitio.
Una vez llegada a la arista de la cumbre, la ascensión se suaviza mucho y sólo nos queda una pequeña caminata hasta la cumbre del Calvitero de Salamanca.
Evidentemente los más jóvenes, Jorge y los dos Carlos, iban siempre a la zaga de la travesía, dado que nos separan más de 25 años de edad y se nota.
En algunos momentos había que parar para orientarse en este manto blanco que se habían convertido las cumbres de la sierra de Béjar y de todo el sistema central.
  la cumbre del Calvitero de Salamanca, lo que me embargó de emoción porque pensé que, por la enfermedad que tengo, nunca más iba a poder intentarlo.
Estamos a 2397 metros de altitud pero todavía no hemos coronado el techo de Salamanca.
Y los que me conocéis aunque soy Salmantino de nacimiento, soy Gallego de adopción y llevo mi patria muy cerca del corazón, como se puede observar en la fotografía inferior. A pesar del frío y del viento, no podía dejar de pasar la ocasión y hacerme la foto con la camiseta.
El objetivo del día ya estaba alcanzado pero una vez arriba, con todo el duro esfuerzo que nos había supuesto llegar hasta allí, decidimos subir a la cumbre de la Ceja.
Desde el Calvitero parece que está cerca, a un tiro de piedra, que sólo hay que bajar una pequeña loma para después subirla. Pero nada más lejos de la realidad ya que la travesía resulta dura, sobre todo por la gran cantidad de nieve que había arriba.
Durante el camino de ascensión pudimos ver las lagunas del Trampal, que en esta época del año apenas se distinguen del resto de la montaña ya que están heladas.
Seguimos la ascensión a la Ceja, cada uno a su ritmo por el cansancio acumulado durante la subida inicial.
Después de este duro esfuerzo, llegamos por fin a la cima de la Ceja, a 2425 metros, cima de la provincia de Salamanca. Un buen sitio para tomarse un respiro.
Desde allí arriba teníamos una vista magnífica de la Sierra de Gredos en la lejanía con el Pico del Moro Almanzor y la Galana como cumbres más altas.
Fotografía de rigor, teniendo cuidado ya que sobresalía de la montaña una pala de nieve peligrosa.
Bajamos de la Ceja con la intención de poder ver la laguna del Duque, a la que se suele acceder desde Solana de Bejar.
La laguna se puede observa al fondo detrás de mi hijo Carlos.
En este punto se planteó un nuevo reto para hacer más épica la travesía: llegar a la cima del Torreón o Calvitero de Cáceres. Evidentemente esto es una democracia y se realizó una votación que por poco ganó el continuar la ruta.
Nos surgieron ciertas dudas después de hablar con una pareja que venía de allí y que nos informó que había un paso complicado: una arista de nieve algo inestable con fuerte caída hacia los dos lados.
Tomamos la decisión de descender el paso para ascender a continuación, como se ve en la fotografía inferior, acercarnos a la arista de nieve y comprobar que fuera posible pasar.
La subida como se puede apreciar en la fotografía inferior fue bastante dura.
E hicimos bien porque el corredor de unos 100 metros era muy sencillo sin peligro ninguno. Se puede apreciar en la parte inferior de la fotografía, con el canal de las Agujas y Hoya Moros en la parte inferior.
Nos quedaba el último escollo del día: el paso del Diablo un destrepe por una chimenea, equipado con unas cadenas para hacerlo menos diabólico.
Además al haber tanta nieve, se habían formado una especie de escalones que hicieron más fácil el descenso.
Una vez en la parte inferior quedaba un corto tramo para llegar al Torreón o Calvitero de Cáceres.
Pero para mí fue el momento más delicado de la travesía, ya que era una pala extensa de nieve con una elevada inclinación lateral y una caída de varios cientos de metros.
Caída hacia el Valle del Tiétar que se veía en toda su extensión.
En la fotografía de abajo se puede ver la elevada inclinación lateral de la nieve.
A la cima del Torreón (2401 metros), cima que separa las provincias de Salamanca, Cáceres y Ávila, sólo llegamos cuatro ya que Ana prefirió dejarlo para otro día.
Una satisfacción llegar a todas estas cumbres con mi hijo, al que le inculcamos desde muy pequeño el amor por la montaña, y parece que esa enseñanza caló hondo en él.
Nuestros compañeros de fatigas, los bastones de senderismo que para mi fueron imprescindibles en esta ruta tan larga.
Después de avituallarnos con lo poco que llevábamos, ya que se me había olvidado la mayor parte de la comida en el coche, comenzamos el retorno.
Subir de nuevo el paso del diablo, que es más sencillo que bajarlo, ya que uno va de cara a la montaña.
Y la vuelta dura por el largo recorrido realizado, por el desnivel acumulado, porque hubo que subir nuevamente al Calvitero de Salamanca y porque salió el sol y ablandó mucho la nieve.
Pero cada uno cogió su ritmo y fuimos poco a poco hasta la plataforma donde nos esperaba el coche y la comida que había olvidado. Gracias a Ana, Carlos Frade, Carlos Pareja y Jorge por haberme acompañado en esta travesía que no olvidaré mientras viva.
Y si queréis descargar el enlace, lo tenéis en Wikiloc: TRAVESÍA SIERRA DE BEJAR.