El península del Grove está unido al resto del continente por el istmo de o Vao, que forma la playa de la Lanzada en la parte occidental y el complejo intermareal Umia-O Grove en su parte oriental. Realmente fue una isla, representada como tal en los mapas del siglo XVII, hasta que los sedimentos del río Umia se depositaron y dieron lugar al istmo (el primer mapa que lo representa como una península es de 1784).
Después de estos apuntes históricos y geográficos, la idea de la ruta era rodear la península del Grove lo más cercano al mar posible, lo que dificultó la ruta en algunas ocasiones. La ruta comenzó con un día gris, nublado, con algo de llovizna, que no auguraba para nada lo que íbamos a encontrar el resto del día. De ahí el atuendo con pañuelo y paraguas.
La ruta parte de la playa de Raeiros, donde existe un aparcamiento donde dejar el coche. Desde aquí atravesaremos de forma casi perpendicular la península hasta la parte norte de la misma. La ruta va por pequeñas pistas asfaltadas y por caminos forestales.
Todo el monte de Siradella, por donde vamos a transitar, tiene formaciones rocosas singulares como la de la fotografía.
La ruta nos lleva a punta de Moreira, donde unos metros antes se encuentra el Acuario. Allí existe una parque escultórico muy curioso, que merece la pena visitar.
Ya estamos al lado del litoral que vamos a seguir en todo momento. En la parte norte de la península, tendremos una visión magnífica de la ría de Arosa y de la sierra del Barbanza enfrente.
Comenzaremos a caminar por en sendero marcado perfectamente, que va paralelo a la sucesión de playas que veremos a continuación: Area de Reboredo, Area das Pipas, Playa da Mexilloeira, Area Grande y Playa do Carreiro.
Playa de Reboredo con esta peculiar formación rocosa en mitad de la playa
Playa das Pipas, inmenso arenal con formaciones rocosas que dividen la playa en varias calas más pequeñas.
Playa Mexilloeira
Playa do Carreiro
Una vez terminadas la sucesión de playas de la costa norte llegamos a un lugar donde las casas con sus fincas nos impiden continuar por la costa. Se trata evidentemente de construcciones ilegales según la ley de costas. Esto me obligó a dar un pequeño rodeo para llegar a la punta de San Vicenzo y desde allí a la punta Pateiro o Pedregal.
Aquí se pueden observar la isla Pombeiro y la isla de Sálvora, más allá. Todos estos pequeños salientes rocosos tienen unas buenas vistas panorámicas.
En Punta Pateiro o Pedregal, que hace honor a su nombre, existe un pequeño faro o estación de señales para marcar esta parte tan agreste de la costa.
En esta parte del recorrido, pasaremos también por diferentes arenales como la playa de Castiñeiro, Borreiro y Aguieira, pero lo que más destaca son las formaciones rocosas que nos rodean y la fuerza del mar.
Por fin llegamos a Peton Con Negro, con sus peculiares formaciones rocosas, a las que es difícil acceder a la cumbre. Tampoco era el objetivo de la ruta.
Es curioso y sorprendente que en esta maravilla de la costa gallega exista una zona militar acotada, no sabemos si en uso ya, pero con cañones intimidantes y una malla de espìno que la rodea y protege.
Llegamos a la playa de Canelas, donde comienza una pasarela de madera que nos conducirá hasta San Vicente do Mar.
En San Vicente do Mar, pueblo de apartamentos sin ningún interés turístico, nos tomamos un merecido descanso. Ya solo faltaba retornar al punto de origen pasando por diferentes arenales.
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