RUTA BUJARUELO - VALLE DE OTAL

PREKEISTOLEN, EL PÚLPITO (NORUEGA)

ASCENSIÓN A PEÑA UBIÑA

RUTA DE LOS MIRADORES DE PANTICOSA

Éste es una ruta sencilla si nos limitamos a subir al Mirador de Santa María de Panticosa, dividido ahora en dos, uno que mira hacia el norte (hacia el Balneario de Panticosa) y otro de orientación sur, donde podremos ver el embalse de Bubal.
Los miradores de la Peña de Santa María están equipados con instalaciones de defensa militares, actualmente abandondas que sirvieron en su época para evitar la penetración de militares en el territorio español
Desde el mirador de la cara norte vemos perfectamente toda la población de Panticosa y los montes de sus alrededores.
El mirador situado más al sur nos ofrece un panorama único de toda la Sierra Tendeñera y del embalse de Bubal.
También tenemos una vista muy amplia de la parte superior del Valle de Tena y de la urbanización que se encuentra al lado de la piscina.
Cualquiera de los dos miradores están perfectamente señalizados y se encuentran en la Peña de Santa María. Ésta tiene un fuerte desnivel vertical sobre el río Caldarés.
Todo habría quedado en un simple paseo si no se me hubiera ocurrido la arriesgada idea de ir directamente al mirador del Pueyo de Jaca. Para ello tuve que destrepar por el sur la peña de Santa María, con pasajes muy verticales y peligrosos, para entrar después en un bosque muy tupido, que atravesé a costa de rozarme todos los brazos y piernas. No os lo aconsejo.
Después de pelear con toda la vegetación, llegué a un sendero perfectamente señalizado que me llevó al Mirador de O Castiecho o del Pueyo de Jaca. Para llegar a este mirador es mejor acercarse al pueblo del Pueyo o llegar pegados al río Caldarés.
La vuelta la realicé pro un sitio más sencillo que fue el sendero que va paralelo al río Caldarés.
La vuelta a Panticosa es un paseo al lado del río. Sólo hay un sitio algo aéreo sobre el mismo que lo han solucionado con una cadena y una cuerda.
RUTA EN WIKILOC

FORMIGAL-COLLADO FORATATA

Siempre que se va a Formigal es imposible abstraerse de una gran peña rocosa de líneas verticales, dolomítca, que surge como un faro sobre Sallent de Gállego. Se trata de la Peña Foratata.
En un día que amenazaba tormenta, que los truenos se oían por el Valle de Tena, por las altas cumbres, decidí ir a Formigal e intentar subir lo más arriba que el tiempo me dejara.
Salí de la parte alta de Formigal donde había un letrero indicativo de la ruta a realizar. Al principio vamos por una pista de tierra ancha, para empezar a subir por un sendero que da varias lazadas.
Tras varias lazadas la pista termina junto a unos muros para encerrar el ganado. Rodearemos el muro por la derecha, cruzaremos el arroyo para girar a la izquierda después y empezar a remontar la ladera.
Más arriba dejaremos a nuestra derecha una gran peña. Es probable que empecemos a oir los silbidos de las marmotas avisando de nuestra llegada.
Si volvemos la vista atrás veremos un espectacular panorama, cubierto de nubes negras que amenazaban con sus truenos.
La senda que seguimos llega a una bifurcación, tomando el camino de la derecha que en poco tiempo nos lleva al terreno rocoso de la Peña Foratata.
En la fotografía siguiente se ve el camino hacia el collado de la Peña Foratata, que separa las dos cimas. La senda era obvia, pero dado el estado del cielo decidí terminar aquí la ruta. Dejaré el collado para otra ocasión.
Desde el lugar donde me encontraba, tenía unas vistas panorámicas bellísimas del Valle de Tena y todas las cimas que lo circundan.
Llegué a 2186 metros, superando un desnivel de 618 metros. Caminé por el borde de la Peña que parece que vaya a derrumbarse hacia Formigal, que se ve al fondo en la fotografía siguiente.
Las vistas y panorámicas desde arriba son espectaculares. La Peña cae vertical en la cara que mira a Formigal.
Y es sublime como la vida se abre paso, a pesar de tener todas las posibilidades en contra. Hay multitud de árboles retorcidos por el sol, el viento, la lluvia y la nieve, pero viviendo en el límite de la vida.
Empecé a retornar por el camino de subida, con el miedo en el cuerpo por el aspecto del cielo, amenazador en todo momento.
Pero tuve la gran suerte que el cielo fue abriéndose según descendía, pudiendo disfrutar del sendero recorrido.
Desde la lejanía vemos las formaciones marmóleas del Pico del Infierno (3083 m), un capricho de la naturaleza.
Viendo la inmensidad de la montaña, desde una vista lateral, me entró morriña por no haber llegado al collado entre las dos cimas. Ahora recuerdo con nostalgia que pude haber jugado con mi destino y haber llegado al punto final de la ruta. Quedará para un futuro, que tiempo hay.
Cerca ya de Formigal, me enteré que esta ruta tiene "un peaje" que pagar. Me lo recordó el funcionario que se ve en la fotografía siguiente, que no me dejaba pasar si no cumplía con la tarifa.
RUTA EN WIKILOC

RUTA DEDO DE YENEFRITO-IBÓN DE CATIERAS

El Sarrio de Panticosa es un tren de alta montaña que nos lleva desde la plaza de Panticosa hasta el Valle de la Ripera. Desde este valle parte nuestra ruta.
El tren del Sarrio se trata de un tractor al que le han unido unos vagones turísticos. Tiene la gran ventaja que nos sube al punto de partida de nuestra ruta. Como se ve en las primeras imágenes salimos con un día espléndido, sin practicamente nubes en el cielo
El sendero que no está marcado en su entrada nos va a llevar a lo largo del Barranco de Laulot. Pronto empezaremos a ver a nuestra izquierda una formación rocosa curiosa por su inclinación.
Se trata del dedo de Yenefrito, una formación rocosa única, con inclinación hacia el valle por el que venimos. Merece la pena desviarse un poco para ver su forma. 
Estamos ya a 1818 metros de altitud y tenemos una bonita vista panorámica de los que nos falta.
Un poco más adelante nos encontramos la majada y el refugio de Yenefrito, a 1856 metros. Ahora tenemos que cruzar el río y subir por la pendiente herbosa que tenemos delante. Aquí el camino no está muy definido a la subida, tendremos que seguir la senda pisada de la hierba. Más arriba haremos una especie de "ele" porque el ibón se encuentra detrás del pico que se ve de frente.
Una vez superado el collado, ya vemos a lo lejos el Ibón. Con la emoción de la subida, no nos habíamos dado cuenta de que las nubes iban cerrando el cielo y, justo cuando llegamos al Ibón, empezó a tronar.
Estamos a 2240 metros al lado de uno de los Ibones más bonitos del Pirineo. La lluvia y después el granizo nos estropeó la idea de comer al lado del lago. Tuvimos que salir por piernas.
La bajada la realizamos por el mismo camino de subida, con algo más de garbo, aunque una vez que salimos fuera del circo de Catieras dejó de llover y los truenos se oían cada vez más lejos.
El día nos tenía reservada otra sorpresa: nos encontramos con una pareja de marmotas que decidieron posar para nuestras cámaras como si fueran modelos de verdad.
RUTA EN WIKILOC